El jardín del antiguo Hospital General ha sufrido una enorme transformación. Como si se tratase de la proyección en horizontal del edificio del MUVIN, -obra del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra-, el cemento y el metal oxidado cubre ahora todo ese espacio. La vegetación queda constreñida en pequeños cubículos metálicos, y el resto del suelo se ha adoquinado de duro granito gris para mayor comodidad y disfrute de todos los valencianos.
El Consell Valencià de Cultura solicitó un replanteamiento en la orientación del proyecto de recuperación del jardín para que la ciudadanía pueda interpretar el valor y el papel de la tradición hospitalaria y médica valenciana. También apunta dicho informe que debería haber una mención a Santiago Ramón y Cajal, que dio clases de Anatomía en la Facultad de Medicina entre 1884 y 1887, y al Padre Jofré que fue fundador del centro sanitario hace seiscientos años. Cuestiona otras muchas cosas, como la restauración evocativa de la iglesia, que se adapta a un arbolado ocasional ajeno a la traza, y el cerramiento de una altura inadecuada.
Pero en esta ocasión quiero centrar el interés en la pérgola metálica colocada en la entrada por Guillem de Castro, sin fundamento histórico con los remates que estuvieron en la cornisa, ahora sobre un arquitrabe de acero laminado. Es muy probable que el sobrepeso añadido a los arcos de la original portada, sea causante del deterioro del tondo del ilustre Crisóstomo Martínez.
Eugenio Vizuete.